Promueven la producción agrícola impulsada por la regeneración de suelos, donde se integran árboles (frutales, maderables, nativos o exóticos) junto con cultivos agrícolas (hortalizas, tubérculos y granos).
Estas especies son asociadas a funciones ecológicas específicas, las cuales logran reemplazar el uso de insumos externos como fertilizantes e irrigación, por técnicas de manejo que imitan y potencializan la regeneración de suelos del ecosistema originario del lugar.